Hace unos días los familiares de un ciudadano español han podido rescatar sus restos mortales después de más de 60 años asesinado. Con la vida de este hombre acabaron en 1945, por el simple hecho de ser miembro del Partido Comunista de España (PCE). Después de haber pensado en quemar su cuerpo sin vida, el cura decidió darle sepultura, por si era católico, pero en la puerta del cementerio para que toda la gente pisara "la tumba del rojo" (leer noticia).
La actitud del religioso no merece la pena ni siquiera comentarla, pues es tan reprobable que actos de esta calaña lo único que consiguen es separar aún más a la sociedad de la religión.
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