jueves, 21 de junio de 2007

Mis interinidades

  • I.E.S. Albariza (Mengibar, Jaén). Estuve trabajando del 12 de marzo de 2007 hasta el 9 de abril de dicho año. Ha sido mi primera sustitución y ha sido una experiencia muy bonita.
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    Tuve un horario irrepetible, creo que jamás lo volveré a tener. Sólo tenía 7 horas de clase pues, Juan Fernández, el profesor al que sustituía tenia reducción de horario por mayor de 55 años y era jefe de departamento. Así sólo impartía:

    - Matemáticas I, a 1º de bachillerato de Ciencias Sociales, una buena clase,

    - Estadística, como optativa de 2º de bachillerato. Una clase excelente, a los que cogí gran cariño y a los cuales, en general, desde aquí saludo, y en particular a Ángela, Pilar y Antonio

    En cuanto a compañeros, sobre todo, quiero nombrar a Gaspar Sánchez Salas, profesor de Lengua, un gran escritor pues cuenta con varios libros publicados (de hecho me regaló uno dedicado), excepcional discípulo y colaborador de Camilo José Cela y sobre todo y más importante, una gran persona.
  • I.E.S Pedro Muñoz Seca (El Puerto de Santa María, Cádiz). Comencé a trabajar el miércoles 9 de mayo de 2007 y terminé el 14 de junio de 2007. Tuve que impartir además de matemáticas, informática a primero de bachillerato y a cuarto de la eso.

  • Aquí he tenido un horario normal:

    - Matemáticas con 1º de la ESO. Salvo cuatro o cinco, una buena clase. Un poco charlatanes, pero a la vez trabajadores.
    - Matemáticas con 2º de la ESO, una clase un tanto peculiar y complicada.
    - Informática con 4º de la ESO, poquitos, y en general buenos.

    - Informática con 1º de bachillerato. Muy buenos chic@s. De ellos son los blogs que hay en otra de las entradas anteriores. Desde aquí saludo a Jorge, Barcala, José María y su esposa, Cristina, Beatriz, Diego, Verónica,... y a todos en general.
    - Estadística, la optativa de 2º bachillerato. Solo tuve cuatro alumnas y poquito tiempo. Bien en general.

    En cuanto a compañeros mencionar al profesor que he sustituido, Pascual Conesa, una gran persona y un profesor muy implicado con sus alumnos. Lourdes, la profesora sevillana de dibujo, mi compañera a la hora de comer, tomar café y alguna copita. Muy servicial y muy buena compañera. Luego, también, aunque he tenido menos trato, se veían muy buenas personas el gallego Manuel Muiño, de Matemáticas; Lely, también de Matemáticas; Elena, de Arte; la sevillana, Laura, de Música; la almeriense (de Cantoria), Dorí, de Francés; Álvaro, de Tecnología; Pablo, de Biología y Geología; ...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por el mes de marzo de 2007, llegó al IES Albariza de Mengíbar, en Jaén, un joven profesor que, si no llega ser por su estatura, probablemente hubiera pasado desapercibido -en principio- por guardar un discretísimo segundo plano respecto al resto de la plantilla de profesores. Claro, se trataba del primer trabajo que ejercía aquel joven almeriense. Uno, que ya es perro viejo en ciertas lides, capta al milímetro de qué madera están hechos los compañeros y, desde luego, me di cuenta desde un primer momento, de las ganas de trabajar, de las inquietudes profesionales y de la gran talla que componían la personalidad de aquel nuevo profesor. Uno no olvida -o no debe olvidar- tampoco sus primeros pasos en esta profesión, que como todas, provoca desconcierto la primera vez que se ejerce de docente. Mi primer recuerdo se centra en Jerez, cuyos compañeros se desvivieron por hacerme la estancia grata, pensé que aquel muchacho, potenciallmente amigo, se encontraría en mi misma primera circunstancia y quise emular a mis compañeros de antaño. Hoy me encuentro con grata sorpresa que me menciona en su blog, y lo menos que puedo hacer es corresponder a través de estos comentarios, pero quede claro que nunca como mera cortesía por corresponder a un siempre agradecido halago, sino por convencimiento absoluto de lo que digo: aquel joven muchacho, hoy con más tablas ya, dejó huella en aquel centro, su primer centro jiennense, y dejar huella entre sus compañeros, siempre es indicativo de algo, pero mucho si la huella se perpetúa en aquéllos que día a día reciben sus clases, o lo que es lo mismo, sus alumnos. Puede estar orgulloso mi amigo Manuel Torres, de que sus alumnos lo quieren, y por ende sus compañeros entre quienes tengo el privilegio de contarme, sin ninguna duda. El cariño, amigo mío, al igual que la admiración, son los dones más preciados y preciosos de esta mal tratada profesión. Gracias por ser mi amigo y sigue cosechando triunfos y merecidos éxitos pues vas por muy buen camino.
GASPAR SÁNCHEZ SALAS